sábado, 2 de febrero de 2013

¿Tienes un problema de alimentación?

Hazte estas preguntas y responde con sinceridad

  • ¿Pasas demasiado tiempo pensando que alguna parte de tu cuerpo debería ser diferente? 
  • ¿Estás descontenta/o con tu aspecto frente al espejo? 
  • ¿Te saltas comidas? 
  • ¿Mides las calorías y el valor nutricional de cualquier alimento que comes? 

En el caso de una respuesta afirmativa continúa leyendo… 

Es normal en la cultura donde nos encontramos sentir que debiéramos tener ciertas medidas para poder ser feliz o estar bien de salud. Podemos creer que hacer una dieta es algo normal o hasta necesario en tu vida porque se ha convertido en algo cotidiano. Pero la preocupación constante por el peso, los gramos y las calorías, pueden ser el comienzo de un círculo vicioso de satisfacción baja y obsesión con tu cuerpo. Lo que haces para estar delgada puede en algunos casos derivar en una pérdida de control, y convertirse en un serio trastorno alimenticio que puede poner en peligro tu vida. Aunque tu problema alimenticio no llegue a un punto extremo o enfermizo puedes estar perdiendo parte del control de tu vida mientras pasas tu tiempo haciendo dietas. Porque te peses, saltes comidas, cuentas calorías o hagas ejercicio excesivo, no significa necesariamente que padezcas de un trastorno alimenticio. Puedes estar experimentado lo que se conoce como “comer desordenado” o problema alimenticio. 

Comer desordenadamente es cuando la actitud en relación a la comida, peso y talla te llevan a una dieta estricta y a una actividad física regular al punto que todos estos comportamientos pueden comprometer la salud, la felicidad y la seguridad personal. Comer desordenadamente puede comenzar con el deseo de perder algunos kilos o de estar en mejor forma. Estos comportamientos pueden traer como consecuencia la pérdida del control, convertirse en obsesiones y por último pueden llegar a convertirse en un trastorno alimenticio. 

Si te preguntas si padeces un problema de alimentación, entonces pregúntate lo siguiente:

  • ¿Evitas comer delante de otras personas? 
  • ¿Calculas constantemente el peso de los alimentos y el número de calorías? 
  • ¿Te pesas frecuentemente y te obsesionas con la cifra obtenida? 
  • ¿Te ejercitas porque sientes que debes hacerlo para perder peso, no porque lo deseas? 
  • ¿Tienes un gran temor a subir de peso? 
  • ¿Sientes alguna vez descontrol cuando comes? 
  • ¿Tus hábitos alimenticios incluyen dietas extremas, preferencia por ciertos alimentos, aislamiento o comportamientos rutinarios a la hora de la comida? 
  • ¿Perder peso, hacer dietas y controlar los alimentos que ingieres se han convertido en unas de tus preocupaciones? 
  • ¿Te sientes avergonzada, disgustada o culpable después de comer? 
  • ¿Piensas demasiado en tu talla o tu peso? 
  • ¿Sientes que tu persona y tus valores dependen de cómo te ves o cuánto pesas? 

En el caso de haber respondido afirmativamente a cualquiera de estas preguntas, puedes estar enfrentando a lo que conocemos como problema de alimentación (no quiere decir que se padezca una enfermedad). Posiblemente estos pensamientos y conductas estén afectando a tu salud mental y física. Es importante que comiences a plantearte tus hábitos y preocupaciones ahora, en vez de esperar a que la situación sea más grave y ya no se pueda manejarla. 

¿Y ahora qué? 

Habla sobre tus preocupaciones. Háblalo con un familiar, un amigo, un profesional de la salud, un educador. Coméntales lo que te está sucediendo. Si te da miedo o es muy difícil, puedes informarte más a través de mi web en la sección de preguntas (www.psicoterapiamalaga.com). Es importante que encuentres apoyo para así cambiar tus pensamientos y conductas; puede mejorar tu vida.


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