Alarma social
Parece que se está dando una alarma social debido a un tema tan importante como el de quitarse la vida, que sin restarle valor hay que colocarlo en su sitio. El despertar mediático sobre informar en casos de suicidios es reciente debido a las presiones de grupos ciudadanos que acertadamente han señalado a estos casos como relevantes para la opinión pública y de ahí que se hayan vuelto algo noticiable, cosa que antes no sucedía (pero también existían).
Datos preocupantes
Tenemos que remontarnos como más reciente a datos del 2011, puesto que son los últimos que ofrece el Instituto Nacional de Estadística. Las cifras nos indican que desde el 2000 hasta el 2011, el número de suicidios anualmente se encuentra siempre entre 3000 y 3500 personas que se quitan la vida voluntariamente (más de 200 personas intentan suicidarse al día, con 8-9 muertes por suicidio consumado); situándose como la primera causa de defunción de causa externa al individuo (por delante de los accidentes de tráfico). El factor de sexo también es relevante, puesto que 8 de cada 10 fallecidos por esta circunstancia son hombres.
Hoy dos factores muy relevantes que debemos tener en cuenta, el primero de ellos es que a partir de 2007 el número de despidos y por tanto el paro crece progresivamente, pero los datos no nos dan un número mayor de suicidios. El otro factor es el de los desahucios, que se vuelven más relevantes a partir del 2010 hasta llegar a cifras dramáticas (más de expedientes de desahucio 50.000 expedientes de desahucio por año desde 2010), aquí no podemos determinar por falta de datos si existe un incremento de muertes por suicidio, es posible que esta situación haya incrementado las cifras de muerte.
Otro dato relevante es el de los motivos de quitarse la vida, donde antes el principal era el desamor que pasa a un segundo lugar, ahora el primer precipitante de suicidio es la situación económica que conlleva una serie de preocupaciones y de crisis personales llevando en algunos casos al trágico desenlace.
Un problema de salud mental
Una gran mayoría de los suicidas tiene problemas de salud mental (90-95%), principalmente problemas relacionados en el estado de ánimo y en segundo plano estarían los problemas existenciales. Esto nos indica que la intervención sociocomunitaria, familiar e individual sería una forma de evitar esta respuesta antes los problemas.
Es imprescindible un abordaje multidisciplinar del suicidio, un tratamiento que incluya la psicoeducación, sanidad, política, medios de comunicación, el aspecto profesional, afectivo, familiar y las relaciones sociales. Este es un problema que afecta a todos, por tanto cada cual puede aportar.
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